A su llegada a York, un asistente entre la audiencia de su arribo agredieron al Rey Carlos III y, de paso, a su reina consorte, Camilla al aventarle huevos como protesta por la esclavitud.
Ambos fueron de visita para revelar una estatua nueva de la reina Isabel II; pero mientras el nuevo monarca del Reino Unido era recibido por los líderes de la ciudad, un joven manifestante le tiró tres huevos, gritándole: “¡Este país se construyó sobre la sangre de los esclavos!” y “¡No es mi rey!”. Eso sí, no tuvo el mejor tino porque falló los tres intentos. Los oficiales de la ciudad actuaron rápido para llevárselo detenido mientras la multitud pro Carlos lo abucheaba, coreando “God Save the King”.