Bolivia es un país de una gran y maravillosa diversidad cultural… y la cuna ImillaSkate, un grupo de mujeres jóvenes que se apoderan de los espacios por medio de una patineta, vestidas de polleras. ¿Qué tiene eso de impresionante? Todo. Ellas se subieron a la patineta por gusto, pero permanecen arriba de ellas por causas que tienen en común: una de tantas es hacer visible a las mujeres con pollera, algo que también veremos en su documental.
Si las buscas en redes sociales, se muestra que el lugar donde viven son ‘las calles Cochabamba’, o Cochabamba, una provincia de este país en la que se han convertido en una referencia de esperanza al ver que sueños que parecen imposibles, sí se cumplen, pues no solo compiten en una disciplina dominada por hombres (como tantas otras), sino que se elevan en el aire, llevando en alto el legado de sus madres, abuelas y las mujeres que llegaron antes que ellas y ahora elevan su herencia al llevar la pollera a un escenario poco imaginable.
Actualmente, verlas caminar por las calles o rodando sobre las mismas es sinónimo de una gran impresión, a pesar de cada una tiene una vida individual en la que estudia, ayuda a sus figuras paternas en casa o se esfuerza por tener una profesión, cuando se unen en la colectividad, buscan tener en común una igualdad que bien podría construirse de la hermandad que tienen, una que demuestra que las mujeres no compiten entre sí, sino que se unen para proclamar que su herencia no es una parte de la historia de una nación, que está viva a través de ellas, de su vestimenta, sus tradiciones, la forma en la que cocinan y se sientan con su familia a escuchar esas narrativas que las hacen singulares en el mundo, de la tierra, de abrazar el aire o tomar agua de manantiales eternos.
De acuerdo a un videodocumental de Los Tiempos, las jóvenes que actualmente conforman Imilla Skate comenzaron patinando por gusto, porque es algo que más allá de ser considerado una actividad física, es algo que disfrutan hacer: todo comenzó con chicas que venían de distintos rincones (unas vivían más cerca y otras más lejos). Su nombre viene de una combinación del quechua y el lenguaje cotidiano para referirse al deporte, siendo así una forma de identificarse del resto de grupos de skaters. La intención de todas las chicas de unirse se dió con la intención de promover su herencia, su cultura y por supuesto: tener un grupo. Imilla Skate nace como tal en un tiempo que ahora parece muy lejano, previo a la cuarentena global, en 2018 para ser más precisos.
Con información de VOGUE.