Camila, una niña que apenas había cumplido tres años, presentaba vómito, fiebre y diarrea. Mary Jane Mendoza, su madre, se intranquilizó y cargó con ella al Hospital Comunitario del municipio potosino Salinas, a unos 40 kilómetros de La Herradura, su pueblo.
“Le dieron 30 gotitas de paracetamol y me dijeron que mi hija estaba bien, que me la podía llevar a mi casa”, contó Mary Jane.
Camila no mejoró y su madre regresó con ella a urgencias en menos de 12 horas. Era el 18 de agosto, cerca de las 22:30 horas. Luego de dos horas, le avisaron que su hija había muerto.
“Cuando agarré su cuerpo, la niña me abrazó y yo le dije al doctor que seguía viva pero él me contestó que la soltara y me sacó para esperar el certificado”, cuenta. Causa del fallecimiento: “deshidratación severa, diarrea aguda y shock hipovolémico”.
Mary regresó a La Herradura con el cuerpo de Camila. Para su velorio, rentaron la botarga Mini Mouse, su personaje favorito.
El padre de la niña sólo se pudo despedir por medio de una videollamada: no pudo volver de Estados Unidos, al que emigró en febrero pasado en busca de trabajo. En algún momento del velorio, Mary Jane vio que el cuerpo de Camila, que seguía sin perder color, movió los ojos.
Luego que se empañaba el vidrio del féretro, como si alguien estuviera respirando. La mayoría de los asistentes pensó que Mary Jane estaba alucinando.
“Estás pasando por un trauma, es normal”, le decían. Pero las personas que se acercaron al ataúd descubrieron la niña sí jadeaba.
Su abuela, Felicitas Martínez, destapó la caja, le pasó por el rostro la luz de su teléfono móvil y fue el momento en el que abrió los ojos. De inmediato llamaron a la enfermera de la comunidad, quien pudo constatar que la niña estaba viva y pidió una ambulancia.
La llevaron nuevamente al Hospital Comunitario de Salinas, ubicado a unos 40 kilómetros de la comunidad de La Herradura y de ahí la remitieron al Hospital Central en la capital de San Luis Potosí y murió en el trayecto.
En el segundo certificado de defunción se informó que murió por edema cerebral, falla metabólica y deshidratación.
“Que ella murió de muerte cerebral. Duró bastantes horas ahí en la caja, pero ahí yo siento que es culpa del doctor que me la entregó dada por muerta”, denunció la madre de Camila, quien exige justicia.
Se espera el resultado de la autopsia practicada en el Servicio Médico Legal, el cual será entregado a la Fiscalía General del Estado para integrar la carpeta de investigación que abrió de oficio por la muerte de la menor.
El fiscal general José Luis Ruiz Contreras adelantó que se tienen varias líneas de investigación para determinar si hubo negligencia médica.
“Estamos definiendo varias líneas de investigación esto también en relación al actuar de los médicos, de los servicios funerarios, de los ayuntamientos tanto de Villa de Ramos como de Salinas”, agregó el fiscal. Con información de MIlenio