En un anuncio sorprendente, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha declarado la deportación de presos colombianos, venezolanos y peruanos que constituyen el 90% de la población extranjera en las cárceles ecuatorianas. La medida tiene como objetivo abordar la creciente sobrepoblación carcelaria en el país sudamericano.
El mandatario informó que la deportación de aproximadamente 1,500 presos extranjeros iniciará esta semana, comenzando con ciudadanos colombianos, peruanos y venezolanos debido a su proximidad geográfica con Ecuador. La decisión busca aliviar la presión sobre el sistema penitenciario ecuatoriano, que ha experimentado un aumento significativo en la población carcelaria en los últimos años.
Noboa señaló que esta medida no solo tiene la intención de reducir la sobrepoblación en las cárceles, sino también de mejorar las condiciones para los reclusos ecuatorianos. La decisión ha generado debate tanto a nivel nacional como internacional, suscitando preocupaciones sobre los derechos humanos y el impacto en las relaciones con los países vecinos.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos han expresado su inquietud ante la posibilidad de que esta deportación masiva pueda tener consecuencias negativas para los derechos fundamentales de los presos, instando a un proceso transparente y respetuoso con los estándares internacionales.
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