El caso que conmocionó a miles en redes sociales dio un inesperado giro este martes, luego de que la influencer Marianne Gonzaga, condenada por apuñalar a la modelo Valentina Gilabert, fuera liberada tras pasar cinco meses en prisión. La liberación fue posible gracias a un acuerdo legal entre ambas partes, que incluye una reparación del daño de 750 mil pesos, a pagar en parcialidades.
La agresión ocurrió en un domicilio de la alcaldía Álvaro Obregón, en la capital mexicana, donde Marianne atacó a Valentina con un arma blanca, provocándole 13 heridas: tres en el pecho, tres en la espalda, dos en el cuello, cinco en la mano izquierda, una en la cabeza, una en la nariz y una más en la pierna. La modelo pasó más de 20 días hospitalizada, incluyendo cinco en coma, y aún enfrenta secuelas físicas graves.
“No soy nadie para privar a alguien de su libertad”
Valentina Gilabert confirmó la liberación de su agresora mediante un video difundido en sus redes sociales. En el mensaje, aseguró que Marianne Gonzaga se disculpó directamente con ella y expresó su decisión de perdonarla.
“Todo el mundo merece una segunda oportunidad en la vida… Yo le dije que la perdono”, afirmó Valentina.
Aunque la influencer cumplirá el resto de su sentencia bajo libertad condicionada, el juez consideró válido el acuerdo al que ambas llegaron. La modelo también aclaró que no existen problemas entre ellas ni entre sus familias, y que ambas seguirán caminos separados.
Una recuperación difícil: En entrevistas previas, Valentina ha relatado que el ataque fue sorpresivo y brutal.
“Me atacó por la espalda. Estaba consciente, pero no sentía mi cuerpo. Pensé que me iba a morir”, recordó.
Durante su recuperación, fue sometida a múltiples procedimientos médicos, incluyendo drenajes en el corazón y los pulmones, así como una cirugía reconstructiva en la mano. Su padre, Ernesto Gilabert, reveló que Valentina continúa en terapia física con la esperanza de recuperar movilidad total.
Aunque la modelo fue dada de alta, asegura que aún sufre secuelas.
“Nunca voy a recuperar mi capacidad pulmonar al 100%. Me canso al caminar y a veces no puedo respirar bien”.
Un caso que deja huella
Este caso no solo desató indignación, sino que también abrió debates en redes sobre el perdón, la justicia y la violencia entre mujeres jóvenes en entornos de alta exposición social. Ahora, con la decisión pública de perdonar y avanzar, Valentina Gilabert se convierte en un símbolo de resiliencia, aunque su historia aún sigue siendo ejemplo de una justicia compleja y emocionalmente desafiante.
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