Después de años de lucha por los derechos de su propia música, Taylor Swift ha logrado lo que por mucho tiempo pareció imposible: ya es oficialmente dueña de los masters de sus canciones. Así lo confirmó un artículo publicado por la revista Billboard, en el que se detalla que la cantante adquirió los derechos por un monto aproximado de 360 millones de dólares.
Los “masters” son las grabaciones originales de una canción, y quien los posee controla el uso de la música en películas, anuncios, plataformas de streaming y otros medios. Además, obtiene la mayor parte de las ganancias generadas por su reproducción o licencia.
Durante más de una década, Swift no tuvo el control sobre los masters de sus primeros seis álbumes, ya que estos pertenecían a su antigua disquera Big Machine Records. Posteriormente, los derechos fueron vendidos al empresario Scooter Braun, una transacción que la artista denunció públicamente por haberse hecho sin su consentimiento.
En respuesta, la intérprete de Shake It Off emprendió un ambicioso proyecto: regrabar todos sus álbumes previos y lanzarlos como Taylor’s Version, lo que le permitió recuperar el control artístico y comercial de su música. Ahora, con esta reciente adquisición, Taylor Swift consolida aún más su poder en la industria musical.
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