En un comunicado emitido el día de hoy, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dejó claro que su gobierno no respaldará a ningún candidato en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, programadas para noviembre de este año.
El anuncio se produce en medio de un clima político tenso en Estados Unidos, donde la contienda electoral está en pleno desarrollo y las tensiones partidistas son palpables. López Obrador, en su declaración, reiteró la postura de su administración de no intervenir en los asuntos internos de otros países, incluido el vecino del norte.
«Sea quien sea el candidato, México no tomará partido», afirmó el presidente durante una conferencia de prensa en la capital. «Es importante respetar la soberanía de otras naciones y permitir que sean los ciudadanos estadounidenses quienes decidan libremente su próximo líder».
Esta declaración refleja la posición diplomática de México, que históricamente ha mantenido una política de no intervención en los asuntos internos de otros países. Sin embargo, su afirmación cobra especial relevancia dada la importancia de la relación entre México y Estados Unidos en áreas como comercio, migración y seguridad.
La neutralidad mexicana ante las elecciones estadounidenses ha sido bien recibida por varios sectores, tanto dentro como fuera del país. Sin embargo, algunos críticos argumentan que una postura más activa podría ser necesaria, dada la influencia significativa que Estados Unidos tiene en México y en la región en su conjunto.
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