Arizona.- Dos hombres originarios de Oaxaca, al sur de México, murieron a brazados en el desierto de Arizona, Estados Unidos, después de que el coyote los dejara abandonados.
Así menciono el progenitor de los migrantes a un diario de circulación nacional, donde agregó que uno de los fallecidos comenzó a deshidratarse y el otro se quedó recostado a su lado para estar hasta el último momento con él.
El padre de los dos hermanos, Facundo Mendoza Nolasco, dice que fue el mismo pollero quien le reveló que dejo a los dos hermanos en un sitio del desierto de Arizona para continuar su camino con otras personas que buscaban el sueño americano.
Tras una semana de la tragedia, el 2 de junio, una llamada telefónica sorprendió al sujeto con la triste noticia, era el traficante de personas que le confesó que había abandonado a Carlos Enrique y Edgar por no poder seguir con la caminata.
“La ley de la vida así es el desierto: si te quedas, te quedas”, dijo el coyote al mexicano.
Los migrantes se dedicaban a la construcción, donde lamentablemente para todos los sueños que ambicionaban no vieron grandes oportunidades y decidieron emprender el camino en busca de una mejor calidad de vida.