En una contundente declaración durante una reciente audiencia general, el Papa Francisco abordó el tema de la explotación y las desigualdades sociales, señalando la existencia de una «libertad mala» que permite a los ricos explotar a los pobres y a los fuertes explotar a los débiles.
En su mensaje, el Papa Francisco destacó que esta «libertad mala» no se debe confundir con la verdadera libertad que promueve la dignidad humana y el respeto por los derechos de todos. «La verdadera libertad no es la que da rienda suelta a los poderosos para hacer lo que quieran sin considerar las consecuencias para los demás», expresó el Pontífice. «Es una libertad que se utiliza para oprimir y explotar a los más vulnerables, perpetuando un ciclo de injusticia y desigualdad».
El Papa también hizo un llamado a la comunidad internacional y a los líderes mundiales para que trabajen juntos en la construcción de una sociedad más justa y equitativa, donde la libertad se entienda como una responsabilidad compartida que beneficia a toda la humanidad, y no solo a unos pocos privilegiados. «Debemos esforzarnos por un mundo donde la libertad esté al servicio del bien común y no sea una herramienta de dominación», añadió.
La denuncia del Papa Francisco llega en un momento crucial, donde las desigualdades sociales y económicas se han exacerbado debido a la pandemia de COVID-19, afectando desproporcionadamente a las comunidades más vulnerables. Su mensaje resuena como un llamado urgente a la reflexión y la acción para abordar las profundas injusticias que persisten en la sociedad global.
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