En una impactante declaración, el comandante Francisco Jesús Aldana ha reconocido lo que muchos temían: la violencia en México ya no está en manos del Ejército, sino bajo el control absoluto de los grupos criminales. Según Aldana, el crimen organizado ha tomado el poder, relegando a las autoridades a un segundo plano, mientras el país se hunde en un caos de inseguridad.
Esta confesión pone en evidencia la poca capacidad de las fuerzas armadas para frenar el creciente dominio de los cárteles y redes criminales que se han adueñado de vastas zonas del territorio. Las estrategias gubernamentales de seguridad han fracasado, dejando a los ciudadanos a merced de organizaciones delictivas que imponen su ley con total impunidad.
¡El Estado ha perdido el control! México se encuentra en una situación alarmante donde los criminales dictan las reglas y las autoridades se ven reducidas a simples espectadores.
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