China paralizó este miércoles su capital con un imponente desfile militar encabezado por el presidente Xi Jinping, quien, acompañado por sus homólogos ruso y norcoreano, Vladímir Putin y Kim Jong-un, proclamó que “el gran rejuvenecimiento de la nación china es imparable”.

El acto, realizado en la plaza de Tiananmen, comenzó con 80 salvas que recordaron los años transcurridos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, seguidas del izado de la bandera nacional y la interpretación solemne del himno. En su discurso, Xi subrayó el papel de China en la defensa de la paz mundial y advirtió que la humanidad enfrenta una elección crucial entre “la paz o la guerra, el diálogo o la confrontación”.
Poderío militar en escena: Desde un vehículo con techo panorámico, Xi pasó revista a 45 columnas del Ejército Popular de Liberación, en un desfile coreografiado con precisión. La exhibición incluyó tropas, armamento pesado y un sobrevuelo de aeronaves, bajo la atenta mirada de Putin y Kim, quienes intercambiaban comentarios con el líder chino.
Entre las novedades destacaron drones con inteligencia artificial, aviones de alerta temprana de última generación y misiles hipersónicos antibuque como el YJ-20 y el YJ-21. También se presentó el DF-61, considerado el misil intercontinental más avanzado del país tras el DF-41.
El arsenal mostrado incluyó además sistemas de defensa antimisiles HQ-29 y HQ-20, el avión KJ-600 para portaaviones, el tanque Type 99B con protección activa contra drones, el lanzacohetes PHL-16 —apodado el “Himars chino”— y, como cierre, el misil nuclear DongFeng-5C de “alcance global”.
Un mensaje al mundo: El evento conmemoró la rendición de Japón en 1945 y buscó destacar el papel de China en la derrota del fascismo, un aporte que, según la prensa oficial, ha sido “ignorado y subestimado” en Occidente.
La presencia de mandatarios de países sancionados como Irán, Cuba, Birmania y Bielorrusia reforzó el mensaje de Pekín en favor de un orden multipolar y como alternativa a la hegemonía occidental, en medio de tensiones con Estados Unidos y el regreso de Donald Trump a la presidencia.
Con este despliegue, China reafirma su objetivo de consolidarse como la principal superpotencia global del siglo XXI, mostrando un Ejército moderno y capaz de proyectar poder más allá de sus fronteras.
La capital permaneció blindada durante semanas previas al desfile, con estrictas medidas de seguridad, cortes de tráfico, prohibiciones de drones y vigilancia permanente en puntos estratégicos.
Créditos: Información base de EFE, con redacción y análisis propios de SOY Chihuahua noticias.
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