En un comunicado emitido por Kissinger Associates, se confirmó ayer el fallecimiento de Henry Kissinger, ex secretario de Estado de Estados Unidos, a los 100 años en su residencia de Connecticut. Kissinger, reconocido como estratega geopolítico destacado desde la guerra de Vietnam hasta la actualidad, dejó un legado polémico que abarca décadas de servicio público y consultoría privada.
El Dr. Henry Kissinger, premio Nobel de la Paz y ex asesor de Seguridad Nacional y secretario de Estado durante el período 1969-1977, fue una figura central en la política internacional de su tiempo. Su influencia se extendió a eventos cruciales, como el golpe de Estado en Chile contra Salvador Allende y el bombardeo secreto en Camboya, documentados por los corresponsales de La Jornada, David Brooks y Jim Cason.
A lo largo de su carrera, Kissinger fue un defensor de diversas intervenciones militares, generando críticas por su participación en eventos como el golpe en Argentina en 1976 y su inclinación hacia Pakistán en la guerra India-Pakistán de 1971. Comentarios despectivos hacia los indios, que más tarde expresó arrepentimiento, marcaron su gestión.
Su acercamiento a China, en un esfuerzo por contrarrestar la influencia soviética, resultó en la histórica cumbre de Nixon en Pekín con el presidente Mao Zedong. Sin embargo, su popularidad decayó con el cambio de administración a manos de Ronald Reagan, quien se distanció de Kissinger.
Tras dejar el gobierno, Kissinger estableció una influyente empresa de consultoría en Nueva York, ofreciendo asesoramiento a la élite empresarial mundial. Su papel en la investigación post 11 de septiembre, liderada por el presidente George W. Bush, se vio ensombrecido por conflictos de intereses y protestas demócratas, llevándolo a renunciar al cargo.
Nacido en Alemania en 1923, Kissinger emigró a Estados Unidos en 1938 y se naturalizó en 1943. Su vida personal incluyó un divorcio en 1964 y un segundo matrimonio en 1974 con Nancy Maginnes, asesora de Nelson Rockefeller, con quien tuvo dos hijos.
La muerte de Henry Kissinger cierra un capítulo en la historia de la política internacional, dejando a la posteridad un legado complejo y controvertido que continuará siendo objeto de análisis y debate.