Guadalajara.- Los hechos se dieron a conocer el pasado viernes, cuando los afectados llegaron a la Fiscalía de Jalisco, para manifestarse en contra de la empresa Asesores Jurídicos Profesionales (AJP), a quienes los afectados le entregaban dinero para la adquisición de bienes inmobiliarios a cambio de comisiones.
De acuerdo con los afectados, Asesores Jurídicos, les entregaba mensualmente 2% de lo que habían invertido y parecía ser un negocio solvente, pero luego de la pandemia, dejaron de recibir las comisiones.
Hasta el momento la Fiscalía de Jalisco tiene 130 denuncias, pero según los afectados pueden ser más de 10 mil las víctimas. Todo ello, luego de que los afectados comenzaron a investigar y se dieron cuenta de que AJP no tenía ningún registro y el dueño, Luis Oswaldo Espinoza no daba la cara.
Tras las denuncias, la Fiscalía, obtuvo autorización para catear las oficinas de la APJ, localizada en Ladrón de Guevara, en Guadalajara, así como el domicilio particular del propietario en el Fraccionamiento Virreyes, en Zapopan.
Momentos antes de que la policía lograra ingresar en la vivienda de Luis Oswaldo Espinoza, este publicó un video en sus redes sociales donde reconoció que había perdido todo tras la pandemia y por sobrehiptecar los inmuebles adquiridos con las inversiones de sus clientes.
“Durante 29 años pagué a cabalidad todas las obligaciones a todos y cada uno de mis inversionistas, actualmente ya no puedo seguir adelante, todo el dinero que me dieron de inversiones está invertido en bienes raíces que están hipotecados; ni mis familiares, ni mis compañeros de trabajo, ni mi esposa, ni mis hijos, a quienes pido perdón igual que a mis clientes, utilizaron de manera fraudulenta los recursos, el responsable, éticamente, civil, penal e histórica soy yo, suplico no sigan represalias sobre gente inocente”, señaló en el video.
Reveló que convencía a su esposa para firmar documentos en blanco y así engañar y manejar los problemas.
“Actualmente no puedo seguir adelante ni con mi vida, los últimos seis meses de mi vida me siento anímicamente, física y moralmente destrozado, lo he perdido todo”, continuaba su relato.
Señaló que su familia habría sido amenazada por algunos de sus clientes, a quienes nombró, por ello pidió no responsabilizarlos a ellos por los hechos y a nadie más por su muerte.
“Que solo Dios me juzgue”, así concluyó Luis Oswaldo Espinoza.
Posterior a ello, la Fiscalía llegó a su domicilio, y él detonó el arma de fuego en varias ocasiones aparentemente contra los elementos, para luego escucharse una tercer detonación, la cual le quitó la vida.
Fue así que los elementos localizaron el cuerpo del Espinoza en la recámara principal de su domicilio.